Por José Luis López López
En primer lugar coincido que el nuevo paradigma de la educación es, en definitiva, el socio-constructivismo, siendo obligado el docente, mas por necesidad que por coacción, a profundizar en su contenido y sus postulados.
En segundo lugar el desarrollo de los propósitos y contenidos de una asignatura deben partir de la generación de aprendizajes significativos, situados y que sean del interés del alumno.
En tercer lugar que la labor docente es la búsqueda continua de situaciones de aprendizaje que partan del propio interés colectivo fin de que sus andamiajes cognitivos, por muy escasos que sean, se vean transformados por el trabajo colaborativo y cooperativo.
En cuarto lugar durante el proceso de aprendizaje significativo y situado se debe evaluar y no calificar a los individuos que decidan participar en tal proceso, por tanto no creo que la aplicación de unas “simples preguntas” pueda dar un parámetro del aprendizaje y el aprehendizaje.
El proceso de enseñanza-aprendizaje hoy por hoy, me obliga a plantear y replantear mi práctica docente, a fin de transformar mis propios andamiajes sobre la enseñanza y lograr nuevos esquemas que me hagan un buen profesor.
¿Cómo se aprenden los conocimientos? ¿Como nos apropiamos de las habilidades y destrezas que comúnmente empleamos en la vida cotidiana? ¿Cómo determinamos cuales conocimientos nos serán útiles para nuestra existencia? ¿Cuál es la forma correcta de aprender?
Es posible que estas preguntas se las plantee un docente en su quehacer diario porque no conoce como aprenden sus alumnos y más aún, no tiene bien definido su propio concepto de aprendizaje y de la forma de apropiarse de éste, es decir, de los estilos de aprendizaje.
Pero que debe entenderse por aprendizaje; a mi saber es un proceso social que se establece entre sujetos para la construcción de conocimientos sobre una realidad concreta, a través del uso de las experiencias previas que se tengan sobre la misma y que logren la creación de habilidades, destrezas y conocimientos nuevos y útiles en un ambiente de respeto y colaboración.
Al hablar de experiencias previas en el proceso de aprendizaje se hace referencia a que hay que buscar los diferentes estilos que los alumnos puedan tener para lograr un aprendizaje significativo. Es decir, el verdadero aprendizaje es el que ayuda al educando para su desarrollo personal y social, es aquel útil y necesario para desenvolverse en sociedad con mayores posibilidades de adaptación y realización.
Para lograr ese aprendizaje significativo, el docente debe aplicar sus conocimientos, sus habilidades y su imaginación, lo cual lo lleva a enfrentar varios problemas que afectan el proceso educativo del alumno. Al buscar técnicas y métodos de aprendizaje que le ayuden a resolver estos problemas, pasa que a menudo no los entiende o los aplica tal y como los encuentra en la bibliografía, sin considerar su propio contexto; lo que lamentablemente arroja, todo esto, es que, en la realidad nunca se usan en el aula. Queda en buenos y voluntariosos propósitos de inicio de ciclo escolar, simulando y entregando planeaciones y secuencias didácticas solo para cubrir un requisito formal. ¿Y el alumno?
En la practica los estudiantes no aprenden de acuerdo a su propio estilo de aprendizaje porque la forma en la que se trata de enseñar o evaluarlos puede favorecer o entorpecer su aprendizaje efectivo, y menos aún de adquirir y desarrollar sus propios estilos y estrategias adecuadas de aprendizaje.
Si el docente reconoce que no todos los alumnos aprenden de la misma forma, es decir, que existen los estilos de aprendizaje, podrá estar en posibilidades de aprovechar esas potencialidades para que aprendan con más efectividad. Esto no significa que un mismo alumno no pueda tener diferentes estilos de aprendizaje, al hacerlos concientes y ampliados, tendrá mayores ventajas.
Las más recientes teorías y modelos para explicar las diferencias en la forma de aprender, enfatizan lo anterior, lo cual nos conduce a preguntar: ¿y cuál es la mejor? Pues todas y ninguna, porque de nada sirve que existan, si no se sabe como aplicarlas o peor aun, no se crean las propias. La práctica docente es un continuo proceso de investigación pedagógica.
Por ello, el trabajo docente debe centrar su atención en descubrir el estilo de aprendizaje que tienen sus alumnos y lograr su desarrollo. Por lo tanto puede haber alumnos auditivos, visuales y cenestésicos. Estas tres formas de aprender tienen una estrecha relación con las inteligencias múltiples. Los auditivos se relacionan con la inteligencia lingüística, musical, interpersonal, espacial; los visuales tienden a aplicar las inteligencias lógica- matemática, Kinestésica corporal, natural, espacial; y los alumnos cenestésicos desarrollan las inteligencias lingüística, espacial, interpersonal, intrapersonal y kinestésica- corporal. La inteligencia emocional es el resultado de la interacción entre la interpersonal y la intrapersonal, lo que tiene que ver con los sentimientos y la percepción de las personas o cosas en los alumnos. Factor que también se debe considerar dentro del proceso que estoy planteando.